Por Guido Cichello. El equipo de Matías Almeyda jugó un partido para el olvido al caer 3 a 1 ante Almirante Brown en condición de visitante. La distancia con Olimpo parecería inalcanzable por lo que el cuerpo técnico y dirigentes ya piensan en armar el equipo para la próxima temporada de la B Nacional. El consuelo será la Copa Argentina, allí Banfield jugará ante Estudiantes de Buenos Aires el miércoles 29 en cancha de Platense.

La cara de los jugadores ni bien finalizó el choque ante Almirante era el fiel reflejo del desconcierto que tiene un equipo que nunca encontró un estilo de juego definido y que deberá focalizar sólo en la Copa Argentina ya que el sueño de ascenso quedará para el próximo torneo. Sólo resta sumar la mayor cantidad de puntos y utilizar los partidos como si fueran pruebas pilotos pensando en el próximo torneo. Quizás darles rodaje a los juveniles del club para que sumen experiencia podría ser una muy buena opción. Yeri, Molina, Bettini, Medina, Toledo y Bauchet piden pista, sobre todo en éste presente en donde los más experimentados no pudieron darle al club el tan ansiado ascenso y van a ser ellos los afronten el próximo campeonato de la B Nacional. Mirando un año atrás, quizás Banfield sufrió uno de los peores descensos de su historia y muchos temían que suceda lo mismo en la B, sin embargo una campaña irregular pero sin mayores sobresaltos, pondrá al Taladro en la zona media de la tabla de posiciones. Hay muchas cosas por corregir y hay ejemplos concretos de que el torneo Nacional es quizás uno de los más complejos, por eso Banfield tendrá que hacer autocriticas, para no repetir errores del pasado reciente. A Rosario Central le costó 3 temporadas ascender y a Gimnasia de La Plata, 2. Muestras claras de que nadie tiene el boleto asegurado a la máxima categoría. Rápidamente hay que pensar en el operativo retorno, tarea para nada sencilla.