jueves, 26 de marzo de 2009 - 12:00

Otro final abrupto dio lugar al regreso más esperado

Por Julio Jardel. La renuncia de Jorge Burruchaga, después de una semana cargada de rumores sobre su continuidad al frente del primer equipo, cansado de las “diferencias” que tenía con el presidente de Banfield, Carlos Portell, dio lugar al regreso más esperado por los hinchas del Taladro, el de Julio César Falcioni.\n\nVamos por partes. La alegría, el entusiasmo y la ilusión que generan la llegada del técnico más ganador de la historia del club, no deben dejar en un segundo plano que la institución no cumplió el contrato con el técnico en funciones por tercer año consecutivo. Y esto atenta contra la pretendida seriedad.\n\nEl camino equivocado recorrido en materia futbolística en las últimas tres temporadas, llevaron a Banfield a un lugar muy distinto al cual lo había catapultado Falcioni en sus dos temporadas. Tengamos memoria: Falcioni se fue con una mala relación con Portell (quien 72 horas antes de contratarlo decía que el entrenador era un “mentiroso”) y lo mismo sucedió posteriormente con Carlos Leeb, Patricio Hernández, Juan Manuel Llop y ahora Burruchaga. ¿Casualidad o causalidad?\n\nLos mejores momentos futbolísticos desde el regreso a Primera División coincidieron con la continuidad que tuvieron oportunamente Luis Garisto (para conservar la categoría e intentar afianzarse) y luego Julio Falcioni (para el salto de calidad, el subcampeonato y el ingreso a las copas internacionales). Ellos dirigieron al club en cuatro temporadas.\n\nPor el contrario, los cuatro años posteriores, con los constantes desaciertos de Portell y compañía, mostraron una evidente involución. Y una prueba cabal son los permanentes cambios en la conducción técnica, con ocho entrenadores que dirigieron al equipo en ese período de tiempo: Leeb (2005-2006 y el comienzo de la temporada 2006-2007), Wensel – Jerez, Patricio Hernández, Hernán Lisi y Vitamina Sánchez (2006-2007), Juan Manuel Llop y el interinato prolongado de Miguel Jerez (2007-2008) y Jorge Burruchaga y Julio Falcioni (2008-2009).\n\n¿Por qué se fue Burruchaga? En diálogo con Banfieldmanía, si bien no abundó en detalles, dijo claramente que lo hizo por “diferencias” insostenibles con Portell y dio a entender muchas cosas más. Las mismas no eran nuevas, sino que desde aquella intromisión del presidente en el vestuario, tras el empate con Huracán del año pasado, la relación jamás se recompuso. Y pese al apoyo del plantel, el técnico eligió dar un paso al costado.\n\nLa idea la comenzó a pensar después de la derrota ante San Lorenzo. Aquellos cánticos sostenidos en ese encuentro desde la barra del club, tan afín y funcional a la conducción del club, le hicieron creer que algo se había roto. Alguien, supuso, les había dado libre para esos cantos…\n\nLos rumores posteriores -según varios de sus allegados - que hablaban de una supuesta mala relación con el plantel y de la falta de conducción del DT, Burruchaga sintió que eran alimentados desde los propios dirigentes oficialistas. Las charlas que tuvo con Portell tras el triunfo ante Arsenal en nada cambiaron su postura: no se sintió apoyado por el presidente y decidió dar un paso al costado.\n\nEl ciclo de Burruchaga deja un pobre análisis. Si bien hubo partidos de muy buen fútbol, nunca el equipo definió una identidad de juego, ni tuvo la regularidad necesaria. Le costó encontrar el mejor sistema de juego, y cuando lo hizo, el mismo ofrecía muchas fragilidades. Desde lo táctico, uno esperaba mucho más de un técnico al que le costó resolver los partidos desde el banco (con cambios de nombres o de sistema) cuando se presentaban adversos. Y en muchos cotejos su lectura inicial no fue la correcta.\n\n¿Por qué la elección de Falcioni? Principalmente porque Portell no tenía más margen de cara a los socios. Las presiones no sólo eran de los socios, sino de la oposición (Falcioni era el nombre que inicialmente propuso la Unión Banfileña) y de algunos miembros del oficialismo.\n\nYa no había lugar para largos interinatos como anteriormente decidió Portell, con técnicos más “permeables” a las sugerencias del presidente. Tampoco para pruebas con técnicos sin demasiado rodaje. Por eso Portell cedió a los pedidos de los distintos sectores, y uno cree que más por necesidad que por convicción, convocó a Falcioni.\n\nEn este punto, uno que es crítico de la gestión Portell en muchos aspectos (deportivos y económicos), cree que el presidente tuvo un momento de lucidez e inteligencia, tras tantos tropiezos. Más allá de su pensamiento, convocó al técnico del consenso.\n\nTambién deberá pensar Portell en los errores cometidos, que fueron demasiados en los últimos cuatro años. Ocho técnicos en ese período atentan contra cualquier posibilidad de éxito. Sus polémicas mediáticas de esta etapa (con Falcioni, Leeb, Llop, Burruchaga, con periodistas de prestigio como Juan pablo Varsky y Víctor Hugo Morales) tampoco colaboran para la imagen general del club.\n\nVolvió Falcioni. Al que después de Banfield le costó encontrar su lugar. Con resultados disímiles en diferentes clubes, su nombre asociado a grandes campañas después de Banfield no fue el mismo.\n\nBienvenido Falcioni. Que se repitan los éxitos.