Por Guido Cichello. El equipo no jugó un buen partido y terminó cayendo en su visita en el clásico. Falcioni volvió a meter al equipo muy atrás, y a pesar de que pudo haber cerrado el empate, algunos errores defensivos le costaron muy caro al Taladro. Los goles de Bettini y Sarmiento no alcanzaron para igualar el juego y terminó siendo 4 a 2 en contra.



La expectativa era grande, siempre que se visita al clásico rival el hincha prioriza ganar éste partido por encima de cualquier otra cosa. Pero lo que se vivió hoy en la lluviosa tarde en Lanús fue lo que viene sucediendo en los últimos clásicos. La bronca durará semanas y hasta meses, pero independientemente de lo que hizo el rival, habrá que mirar puertas adentro y replantearse cómo y bajo qué circunstancias deben jugarse éste tipo de partidos. En cuanto al juego, fue variando dependiendo del tanteador. Con el 1 a 0 a favor Lanús dominó, luego con el empate de Bettini, Banfield entendió dónde debía presionar y así le trasladó la responsabilidad a Lanús que no supo cómo manejarla. Ya en el complemento otro penal le daba la ventaja a los de Sand. Encima el Taladro quedaba con uno menos y todo se hacía cuesta arriba por la expulsión del pibe Rodríguez. Pero  a los pocos minutos, el propio delantero Granate la tocó con la mano dentro de su área y le daba la chance a Banfield de empatar. Sarmiento puso el 2 a 2 para salir gritándolo besándose el escudo. El 3 a 2 llegó por parte del defensor Herrera, cuando faltaban diez para el final. El 4 a 2 final fue sólo decoroso, lo cierto es que el equipo no jugó bien, regaló mucho terreno, y cometió errores defensivos llamativos, de esos que no se perdonan. Cvitanich nuevamente estuvo muy sólo arriba y Banfield pecó de inofensivo. Todos se fueron masticando bronca por otra derrota en el clásico. Ahora habrá que levantar la cabeza, buscar pronta revancha y seguir con el sueño de pelear lo más arriba posible.