Fue
una tarde con muchas emociones, pero también con demasiadas fallas defensivas.
El medio campo de Banfield no supo como contener la dinámica y velocidad de los
hombres visitantes que fueron imponiendo condiciones en varios pasajes del
partido. Cada vez que Argentinos llegaba, lastimaba, de hecho tuvo muchas
situaciones netas de gol. El Taladro tuvo otras tantas, pero le costó hacer pie
en cada línea del campo. Defensivamente se dieron muchas ventajas, el
mediocampo, con Remedi como bandera, tampoco hizo pié, y arriba, no se tuvo la
contundencia deseada. Falcioni, con gestos, denotó su enojo por el mal
rendimiento de sus muchachos. Un Banfield plagado de juveniles, contra otro que
también apuesta a la cantera, dio como resultado una derrota llamativa. El
equipo sigue en caída libre, tanto en el rendimiento como en los resultados. Se
vienen las vacaciones, luego la pretemporada, y pensar en mejorar para encarar
una primera parte de año muy agitada. Banfield tendrá la continuación de la
Superliga, también Copa Argentina y los partidos de repechaje para ingresar a
la Copa Libertadores. Con este tipo de rendimientos, se le complicará conseguir
los objetivos. Mucho tendrá que trabajar Falcioni para devolverle la identidad
a su equipo, ese que solía ganar en lo físico, contagiar con la entrega, y
ganar aprovechando las oportunidades de gol generadas. Nada de eso hizo
Banfield en los últimos dos meses de competencia. Habrá que hacer borrón y
cuenta nueva, hacer un balance general del año, el cual termina siendo
netamente positivo, pero con las alarmas prendidas sabiendo que la última
imagen no fue para nada buena.