martes, 06 de febrero de 2018 - 10:10

El rosario que le había dado su madre confirmó su muerte

Por Fernándo Arostegui para La Nación. En el mismo momento en que Dalal de Massad rezaba en la Catedral de Buenos Aires, mientras esperaba la llegada del papa Juan Pablo II, su hijo Daniel cayó en la Batalla de Monte Longdon, librada en las islas Malvinas el 11 de junio de 1982.

Aunque se había dado una orden de repliegue, Daniel continuó la marcha para comunicarle esa instrucción a la avanzada, mientras sus compañeros retrocedieron. Entonces una ráfaga de ametralladora le dio en el pecho y se desplomó. En una mano Daniel apretaba un rosario que antes de irse a las islas le había entregado su madre.

Terminada la guerra, un excombatiente y compañero de Daniel en Monte Longdon visitó a la familia Massad y le dio detalles de su caída. Además le entregó a Dalal el rosario de su hijo, que para ella sirvió de confirmación del aciago relato. Sin embargo debieron pasar 35 años para que el cuerpo desaparecido de Daniel fuera identificado.

Daniel había nacido en Banfield, donde vivía con sus padres, Said y Dalal, y dos hermanas menores. Por su buena naturaleza, en 7° fue elegido mejor compañero de su división. Apasionado por el deporte, jugaba al básquet y era arquero en las divisiones inferiores del club Banfield.

Al terminar el colegio secundario debió cumplir con el servicio militar y se incorporó al Regimiento 7 de Infantería Mecanizada Coronel Conde, de La Plata. Y aunque aprobó el ingreso a la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA para ser contador público, sus proyectos académicos debieron suspenderse cuando fue convocado para viajar a las islas.

Las cartas que Daniel le mandaba a su familia demostraban su buen ánimo: "Decía que lucharía hasta morir", recordó Dalal. Pero un día las cartas dejaron de llegar. Luego se firmó la rendición y las tropas volvieron al continente.

Entonces comenzó para la familia Massad una búsqueda frenética y desesperada.

La primera información oficial que recibieron decía que Daniel estaba bien. El 20 de junio los Massad fueron a Campo de Mayo, donde lo buscaron sin éxito desde las 11 de la mañana hasta las 20. "Viene mañana", les comunicaron.

Pero Daniel seguía sin aparecer. Después de diez días sin noticias, Said fue al Regimiento 7 de Infantería Mecanizada, en La Plata, donde recibió la noticia de la caída de su hijo. Más tarde, el rosario confirmó la información.

Terminada la guerra, el cantautor Alberto Cortez, conmovido por la historia de Daniel, le compuso una canción: "A Daniel, un chico de la guerra", que describe el destino de Massad y retrata la angustiosa espera de su madre. "Agotaba hasta el alba/ las escasas noticias/ de las islas lejanas/ Un indicio cualquiera... Daniel/ un rumor que saltara/ por pequeño que fuera... era ya la esperanza".

Dalal dijo que la localización del cuerpo de su hijo le trajo "tranquilidad y paz espiritual". Y agregó: "Esa sangre derramada en nuestras queridas islas Malvinas es el único emblema de soberanía".