Corría
el minuto 15 del primer tiempo y se veía un monologo de Unión. Tenía le pelota,
ya había generado una situación neta de gol y se lo notaba con la determinación
de un equipo que quiere ingresar a la Copa Libertadores de 2019. La primera de
Banfield estuvo en los pies de Mauricio Sperdutti quien hizo lucir a Nereo
Fernández. Quizás esa fue la más clara del partido para el Taladro. Minutos
después, Unión abría el marcador, con un poco de fortuna, tras un rebote que
descolocaba al buen arquero Facundo Altamirano. Si el Tatengue era dueño del
partido con el empate, más lo fue con la ventaja. Banfield no pudo nunca tomar
las riendas del juego, quizás por propia inoperancia, pero sobre todo, por lo
bien armado que estaba el conjunto visitante. Tenía le pelota, generaba
situaciones, rotaba a sus jugadores en la zona central, ganaba los rebotes,
hacían todo bien. Parecía que estaban en otra velocidad. A veces, tal como dijo
Cvitanich después del partido, hay que entender que el rival es mejor y punto.
No hay mucha vuelta. Sí, hay que mirar puertas adentro, analizar el por qué se
jugó tan mal, pero mirando la vereda de enfrente, también hay respuestas. No es
que Banfield no haya tenido actitud, pero en otros partidos, tuvo más. Ahora
hay que hacer borrón y cuenta nueva, tratar de olvidar el mal trago y focalizar
en lo que viene. Aún hay chances de jugar por el ingreso a las Copas y ese
tiene que ser el gran objetivo de aquí a la finalización del torneo.