lunes, 02 de abril de 2018 - 15:39

PUENTEDURA: “El ascenso del `93 fue mi mayor alegría en el fútbol”

Gabriel Puentedura dejó su sello en Soydebanfield radio, el arquero héroe del ascenso del `93 charló de todo. De aquella hazaña en el Cható Carreras ante Colón y de lo que significó eso para su carrera como profesional.

¿Por qué perdiste tanto contacto con el mundo del fútbol?.

-Mi trabajo me lleva mucho tiempo fuera de casa, yo ando por todo el Norte Argentino. Llegó a la noche y no quiero mirar nada, salvo que juegue un club que me guste y estoy descansado. Pero generalmente apago la tele. Igualmente la manera de jugar de ahora, no es la de antes. Si hoy jugáramos con Banfield de mi época, con cualquier equipo de mitad de tabla de ahora, perdemos 10 a 0. El ritmo es feroz, ya no hay magia. Antes había 3 o 4 jugadores que andaban muy bien. Hacían jugar al equipo. Ahora con mi hijo que somos hinchas de River, y yo hoy la actual no la sé. Cambian constantemente. En la década del 70, cuando yo escuchaba, era siempre el mismo equipo. Sabíamos absolutamente todo. Empezaba un equipo y terminaba el mismo, cambiaba uno o dos nada más.

Tenes casi 400 partidos en Primera, ¿Sabías ese dato?.

-No lo sabía realmente. Yo lo único que quería era jugar al fútbol. No me imaginaba tantos. He jugado hasta los 37 años. Con Banfield ya era grande, también jugué Copa Libertadores con River Plate.

En tu vida cotidiana, ¿te preguntan qué hacías a los 20 o 30 años, cómo te llevas con esa situación?.

-A veces me pasa. Yo trabajo mucho en el campo con productores. Tuve que ir a revisar una mercadería y me presento y le digo Gabriel Puentedura. Me terminé quedando más de una hora hablando de fútbol y ni me mostraba la mercadería. Él se acordaba que yo jugaba en Tucumán en los `70. Pero a mí no me gusta cuando estoy con amigos y me presentan como lo que fui. Me da vergüenza entonces me retiro de las reuniones. Todos ya saben que no me gusta entonces no quiero que cuenten nada. Yo jugaba al fútbol porque me gustaba y cuando se terminó el fútbol, se terminó todo. Luego seguí con veteranos jugando de 5. Y cuando no pude seguir jugando, se terminó. Si se habla del tema, se habla, pero yo nunca voy a decir quien soy.

¿Qué te costó más, dejar el fútbol profesional o el fútbol amateur en ligas con amigos?.

-El fútbol profesional no me ha costado nada. Yo me daba cuenta que había cumplido una etapa, no iba a alargar la carrera por cabeza dura. Me cuesta algunas veces ver a mis amigos en torneos de veteranos, verlos y no jugar, me dan muchas ganas y eso me cuesta más. Por más que tengas 60 años, ellos tienen tu misma edad, pero así todo me cuesta. Se disfruta mucho más, no hay público presente, no hay presión. Es lo que más me gustaba.

Después del ascenso del `93 que atajaste los penales contra Colón, no tuviste mucho contacto con Banfield.

-Fui al festejo de ese ascenso en el Predio y luego a la despedida de Wensel, pero no mucho más. Mis hijos hace poco quisieron ir a la cancha y ver dónde jugó el padre.

El ascenso con Banfield, ¿fue tu mayor alegría en el fútbol?.

-Fue muy dramático. Veníamos tropezando fiero. Habíamos hecho buena primera rueda, pero después se nos complicó. Yo me lesioné ese torneo, y se complicaba armar el 11 titular. Éramos 11 y dos más que podían entrar. Después había pibes de inferiores, pero no mucho más. Habíamos armado un equipo para ascender, pero esa final con Colón fue dura porque ellos eran un gran equipo. En la cancha de ella le ganamos 2 a 0 y en la nuestra le hicimos 7 goles. Pero después llegaron pequeñas lesiones y eso nos complicó. Por suerte había aparecido el Archu que era muy joven y armó él la defensa. Pensá que Diego Diaz reemplazó a Wensel, era mucho chico y no tenía experiencia. Benedetti también, sin rodaje. Pero tuvimos la suerte porque nos armamos con Higuian y Sánchez de centrales y el Archu nos salvó porque los grandes no nos caímos. Ya al final del torneo no veníamos bien. Mucho tiempo primeros estuvimos y después es difícil bancarlo. Una vez que te agarra la malaria te caes y no te levantas más. Nos caímos faltando poco, y eso nos ayudó. Llegamos al partido final con Colón y ellos de menos a más. Tuvimos la suerte de que nos sobre valoraron, sea por los partidos que habíamos jugado por nuestras individualidades. Si se animaban nos ganaban jugando no en penales. Tenían más reservas. Pero jugamos a muerte, defendimos bien y gracias a Dios el resultado para todos.

¿Qué recordas de los penales?.

-Me acuerdo de todo. Con el 1 a 1 fue a suerte y verdad. En el quinto penal quedamos 3 a 3 y era el que menos nervios tenía. Todos los de Banfield, a medida que iba a atajando, entraban en confianza. Es terrible ir perdiendo 3 a 1 en los paneles e ir a patear después. El arquero de ellos, Perazzi, se tiraba a todos los penales a dónde iba. El Negro Godoy me acuerdo que pateó y tenía una moral bárbara y casi se la saca el arquero de ellos. Yo ataje dos y ellos estrellaron uno en el palo y lo terminamos ganando. Mamani lo tiró a fuera y fue una alegría inmensa. Fue la alegría máxima que me dio el futbol. Ya estaba por retirarme yo, o al menos de Buenos Aires seguro. Estuve a punto de irme a Huracán me acuerdo y terminó yendo a Banfield porque Babington armó un equipo para ascender y eso me sedujo. Hable con Don Valentín, que al principio no me cerraba, y después me cerró, siempre hablábamos de fútbol, una gran persona.