El
del sábado no será un partido más, ni para Lanús ni para Banfield. El local
llega de capa caída, tras un semestre para olvido, desde los resultados y
rendimientos. Según su propio entrenador, Ezequiel Carboni, son momentos de
transición, luego del exitoso equipo que había armado Jorge Almirón. Por el
lado del Taladro, la cosa viene difícil, pero con un panorama mucho más claro.
Le cuesta tener buenas actuaciones, pero viene consiguiendo resultados, y el
partido ante Olimpo, fue más que aceptable, tanto en lo colectivo como individual.
Distinta será la historia de éste sábado en Lanús, ambos se juegan el todo por
el todo para salvar un primer semestre de año muy irregular. Banfield no logró
clasificar a la zona de grupos de la Copa, y deambula por la mitad de tabla
buscando ganar un par de partidos más para posicionarse en zona de Copa
Sudamericana. El partido ante Lanús tomará trascendencia, no sólo por ese
objetivo copero, sino sobre todo, por enfrentar al rival de toda la vida. Es el
clásico del barrio y nadie lo quiere perder.
Del
equipo aún Piccoli no dio pistas, está confirmado que Renato Civelli y Eric
Remedi volverán al primer equipo. La duda surge con Mauricio Arboleda en el
arco, Nicolás Bertolo como volante izquierdo y Darío Cvitanich arriba. El
cuerpo técnico analizará hasta último momento la evolución física de éstos
jugadores. Nadie quiere perderse el clásico y menos ellos que son
representativos del club desde hace tantos años.