La
última fecha será ante Patronato en Paraná, allí Banfield despedirá su primer
semestre de éste 2018 que lo tuvo con una llamativa irregularidad. Se apostó
todo a la Copa Libertadores y salió mal. No se clasificó a una Copa en la
Superliga y ahora sólo resta apuntar a mejorar en lo colectivo e individual
para el próximo semestre. En cuanto al partido de hoy no hay mucho por destacar.
Sí el trabajo de Mauricio Arboleda quien se consolidó como el arquero titular
indiscutido, también la levantada de Enzo Kaliski en los últimos partidos y el
olfato goleador de Julián Carranza, la gran esperanza de cara al próximo
torneo. Hoy Omar Piccoli puso al pibe junto a Cvitanich arriba, algo que debió
suceder muchas fechas antes. Pablo Mouche quien tuvo rendimientos de mayor a
menor, jugó de volante y cumplió más que de delantero. Lo mejor, además de los
goles de Carranza, fue la presencia en el segundo tiempo de Lucho Gómez y Juan
Álvarez, quienes le dieron cambio de ritmo a un equipo previsible desde el juego.
Chacarita, ya descendido, jugó relajado, sin temor a perder y eso a veces
ayuda. Generó peligro, tuvo buen partido de sus volantes y además de complicar
con algunas jugadas de riesgo, puedo haberse llevado un empate. Finalmente la
victoria quedó en casa, era necesaria para terminar la primera parte del año
con una sonrisa. Luego llegará el análisis, también el partido en Patronato,
pero lo cierto es que había que ganar y se ganó, sin importar tanto el cómo.
Habrá que hacer borrón y cuenta nueva, asumir los errores, repetir los aciertos
y entender que el próximo semestre hay que ser protagonista en todos los
frentes, Superliga, Copa Argentina y Copa Sudamericana.