Hubiese
sido la despedida perfecta con un triunfo en casa. Pero Banfield fue un fiel
reflejo a lo que viene siendo, un equipo irregular, sin juego y carente de
juego asociado. Poco le importó eso al hincha quien homenageó al técnico más
ganador de la historia del club. Ni bien salieron los equipos al campo de
juego, el hincha le cantó y el Emperador se emocionó. Durante el partido,
también la gente lo reconoció y al final fue el momento más emociónate, cuando
toda la cancha lloró y le agradeció por el campeonato de 2009 y todas las
alegrías de años anteriores y posteriores. La bandera dice: “Los días más
felices, siempre fueron falcionistas”, y no se equivoca. Gracias Julio César
por tantas alegrías, y hasta pronto.