Banfield
enfrentó un equipo trabajado, ensamblado y con jugadores de muy buen pie y
dinámicos. Hernán Crespo deberá resolver los conflictos defensivos cuando
enfrente a rivales, también ambiciosos y de buen pie que acumulen mucha gente
en ofensiva. Talleres ganó el mano a mano por las bandas, sobre todo en el
primer tiempo y allí radicó la principal diferencia entre uno y otro equipo.
Además el Tallarín convirtió en relación a lo que generó y Banfield estuvo
lejos de ello. Encontró en Juan Álvarez desequilibrio por su sector y en
algunos remates de Dátolo. Fontana se mostró movedizo pero nuevamente lejos del
nivel que debe tener un centro atacante de primer nivel. Hay mucho por corregir
y mejorar, y este es el camino, jugándole de igual a igual a equipos
importantes, tal como se hizo en el complemento. Presionando bien arriba,
teniendo la pelota y generando situaciones de gol. Claro está que Banfield hoy
por hoy es un equipo desequilibrado. Juega con 4 en el fondo, pero dos de ellos
son laterales volantes y su medio campista retrasado es mas de juego que de
marca. Allí radica el principal conflicto. Contra equipos que se defienden, no
hay mucho que corregir, pero ante los que atacan, como Talleres, sí. Crespo
debe entender que aún su Banfield no está para el golpe por golpe, para ello
falta tiempo y mucho trabajo.