Se podrá mirar la mitad del vaso lleno pero también la vacía. Banfield
tuvo muchos aciertos en ofensiva, pero también muchos errores en el fondo,
mezclados con virtudes de los atacantes de Tigre, sobre todo en el segundo y
cuarto gol del equipo de Victoria. Mirando puertas adentro, Agustín Fontana
tuvo el partido soñado, dos goles, uno de ellos para poner en un cuadrito y
además recibió la infracción de uno de los penales que anotó Jesús Dátolo. El
capitán también estuvo certero desde los once pasos para marcar su doblete.
Pero toda esa contundencia no pudo ser aprovechada. Tigre también tiene poderío
ofensivo y supo aprovecharse de algunos errores de Banfield. El colombiano
Arboleda sigue lejos del nivel demostrado el semestre pasado y Hernán Crespo
probó algunos cambios que no le resultaron en el fondo. El equipo sigue
desequilibrado, no hay un volante de contención que pueda ser el eje en
retroceso. Emanuel Cecchini no es un volante central tapón, estático y táctico.
Sabe mucho con la pelota, es muy buena salida, pero le falta en el aspecto
defensivo. Probó con Adrián Callelo quien volvió tras la lesión, y podría ser
el hombre indicado para adueñarse del centro del campo. Mientras tanto Banfield
sigue apostando a sus juveniles e intentando encontrar un rumbo claro que por
ahora le es esquivo. Tigre era una buena medida para saber dónde estaba parado
el equipo. Si bien nunca es sencillo hacer pie en Victoria, éste era el
momento, ante un Matador casi descendido y urgido de resultados. Banfield no
aprovechó la ventaja inicial de dos goles, ni tampoco el hombre de más durante
los últimos 20 minutos del encuentro. A seguir trabajando duro, pensando en
sumar de local y terminar éste primer semestre del año, de la mejor manera
posible.