El conjunto Granate venía de ser campeón, y ese no es un dato menor. A
los tres meses de eso, Banfield le daba 5 cachetadas históricas. Maximiliano
Lazo anotaba el primero. Darío Cvitanich fue el autor del segundo lo siguieron
Luciano Civelli y Fabián Santana para que el propio Cvitanich ponga el segundo
en su cuenta personal y el quinto en el global del encuentro. La felicidad en
los hinchas del Taladro quedó inmortalizada en el estadio de Lanús, la tribuna
visitante repleta fue testigo de semejante exhibición de buen fútbol. Ese día,
Cvitanich hizo lo que quiso. No sólo anotó dos goles, sino que además volvió
loco a toda la defensa rival. No lo podían parar. Al siguiente año, Banfield
obtuvo el campeonato de Primera División y esa goleada tomó mayor sentido.
Igualados en títulos, el Taladro tenía además la estrella del clásico. Pasaron
11 años, y la paternidad continúa.