El
domingo la cancha estará repleta y todos iremos pensando en ganar, que las
aguas se calmen y que todo vaya por los carriles normales. Del deseo a la
realidad hay una brecha muy grande, sobre todo si Banfield sigue cometiendo
errores tácticos y estratégicos. La línea de tres corre peligro y posiblemente
varios de los titulares también. Crespo morirá con sus refuerzos en cancha, por
lo que Israel Damonte se perfila para ser el volante central titular junto a
Corcho Rodríguez o Sergio Vittor. El Taladro debería volver al clásico 4-2-1-3,
con Jesús Dátolo de enganche y los tres puntas, dos extremos y un delantero
centro. Teniendo un buen respaldo por el centro del campo, tanto Luciano Gómez
como Claudio Bravo o Dubarbier, podrán proyectarse con decisión, y no quedar
descompensados. Enfrente estará Boca, un equipo consolidado y con grandes
jugadores. Otro punto a tener en cuenta es la actitud de los jugadores. Éstos deberán
demostrar dentro del campo su incondicional apoyo al cuerpo técnico. Si éste no
vuelve a estar, ya no hay mucho que hacer. La dirigencia deberá tomar una
decisión fuerte pensando en el futuro inmediato y teniendo en cuenta los
promedios del descenso.
La
única realidad es que Banfield jugaba bonito el semestre pasado, pero no bien. Hacerlo
bien es ordenado, sin errores tácticos y ganando. En éste semestre, ni bonito juega
el equipo. Banfield involucionó de un semestre al otro, el ADN anfileño quedó
en el pasado, esos chicos que eran la maravilla ahora no lo son tanto y no sólo
hay riesgo de descenso sino que el patrimonio del club sigue devaluándose.
Ariel Holan, Rubén Darío Forestello, el Gallego Méndez y el Archu Sanguinetti
son los principales candidatos a suceder a Crespo. Proyectos distintos pero
todos, de alguna u otra manera, identificados con Banfield.