Nuevamente
el equipo mereció mejor suerte, en este caso ante un San Lorenzo que con un
hombre menos durante todo el segundo tiempo, se refugió bien atrás y encontró
en Nicolás Navarro, su arquero, la gran figura del partido. Si bien el Taladro
no tuvo muchas situaciones netas de gol, dominó de principio a fin el partido, dio
algunas ventajas defensivas, sobre todo en el primer tiempo, y no pudo definir
lo poco claro que creó. Agustín Urzi y Nicolás Bertolo no fueron lo
desequilibrantes de otros partidos, y Carranza con Arias, que cada vez se
entienden mejor, no pudieron imponer condiciones como sí hicieron hace una semana
atrás en Mendoza. Por algo San Lorenzo está en la parte alta de la tabla de
posiciones, tiene buenos jugadores, un
entrenador inteligente y la capacidad de cerrar bien los partidos, como hizo
hoy en la calurosa mañana del Lencho. Falcioni no encuentra respuestas en el
centro del campo, Jorge Rodríguez de volante central no se siente del todo
cómodo, sobre todo cuando lo presionan y no lo dejan jugar. El ingreso de
Sergio Vittor en ese sector le dio mayor movilidad al balón y peligrosidad con
sus remates de larga distancia. Por su parte, ni Bravo ni Arciero pudieron
pasar al ataque con decisión siendo punzantes. San Lorenzo cerró bien los
caminos por las bandas y estuvo firme en el centro de su defensa. Por momentos
Banfield equivocó los caminos al gol, pero por otros, encontró en Navarro la
figura del partido. Las más claras las tuvo el Taladro en el primer tiempo
cuando su rival tenía 11 jugadores en el campo. Ya con uno menos, San Lorenzo
cedió toda la responsabilidad y allí el Taladro no supo resolver. Todos los
rivales son complicados, pero más aún para Banfield que está en una situación
compleja en la tabla de los promedios. Hay poco margen de error y ese
nerviosismo se palpa en cada jugada del equipo. Falcioni deberá trabajar mucho
en lo anímico pensando en los próximos compromisos del Taladro.