Aunque duela, la realidad marca que los fantasmas del
descenso comienzan a asomar. El equipo sigue sin ligar, tiene fallas defensivas
y no convierte en relación a lo que genera. En este caso, jugó mejor que su
rival, dominó casi todo el partido, generó situaciones netas de gol, pero sólo
convirtió una para el 2 a 1 final. Ellos, aprovecharon la primera que tuvieron
y la última, en el medio, casi no tuvieron situaciones claras. Le costó hacer
pié a Banfield al comienzo del partido, y más aún con el 0 a 1 en contra. Pero
el empate de Urzi, tras un desvío involuntario en el defensor visitante Ortíz,
le daba aire fresco al equipo, que tras ese empate, dominó el juego. Ya en el
segundo tiempo se acrecentó el dominio del Taladro, no sólo en el juego y
controlando el balón sino sobre todo generando situaciones claras. Lo tuvo
Arias en dos oportunidades, lo mismo para Carranza, pero no las concretó. Los
goles que se erran en un arco se convierten en el otro, dice un viejo refrán
futbolero, y eso le ocurrió hoy en la calurosa tarde en el Lencho a Banfield. A
cinco minutos del final, Luciano Lollo tocó el balón con la mano y además de
recibir la roja tras dos amonestaciones, generó un tiro libre muy cerca del
área para la visita. Fabián Monzón no falló, y le terminó rompiendo el arco a
Conde para el 2 a 1 final. En la tabla de merecimientos, Banfield debería tener
más puntos, sin embargo, los partidos se ganan con goles y allí es donde radica
la principal falencia del equipo. Aún falta mucho para terminar el torneo, sin
embargo, hay que comenzar a sumar para no sufrir al final del mismo.
La gente se fue enojada con el equipo e insultando al ex
presidente Eduardo Spinosa. Era un partido para ganar, se hizo todo para
hacerlo, pero nuevamente se quedaron con las manos vacías y el promedio del
descenso cada vez más comprometido.