Banfield
pasó por arriba a Rosario Central, y eso no es cosa de todos los días. El
equipo juga como si hace años lo hicieran y eso es mérito pura y exclusivamente
del Archu Sanguinetti. El DT entendió dónde ubicar a los jugadores y darles
confianza para llevar a cabo una idea de juego. El Taladro es ofensivo, pero
sabe replegarse, y ahí es donde saca diferencias. Maneja bien la pelota parada,
saber abrir la cancha por las bandas, hace bien los relevos y sobre todo, sus
jugadores tienen características distintas, y eso lo hace un equipo diferente.
Lo que aporta Payero, es único. Pegada y gana todo de arriba. Cuero es
imparable y por el otro lado Bordagaray, aporta sacrificio pero calidad y gol.
Fontana tiene el arco abierto y en el medio, Galoppo es un relojito y Corcho
juega como un volante central europeo. Atrás, también todos se complementan
bien. Coronel parece un lateral de Selección, porque mete, pero también juega y
Bravo, corrigió en la marca y sigue siendo un enganche de lateral. Los
centrales, cada vez más firmes. Todos sostenidos por Mauricio Arboleda,
garantía de confianza.
El
partido de hoy fue perfecto, todo bien hizo Banfield. Dio vuelta un partido
complejo, ante un duro rival, y lo hizo con mucha autoridad. Mostró cambio de
ritmo y por momentos, ese cambio de velocidad ridiculizó a los defensores
Canallas. Los cambios también entraron bien, y el Archu se fue, nuevamente, con
el pecho bien inflado. El equipo demostró buen fútbol, pero también carácter para
dar vuelta el partido. Tres partidos jugados, tres ganados. Lleva 8 goles a
favor y sólo 3 en contra. El hincha se ilusiona con éste equipo, plagado de
pibes, que ya no lo son tanto y con jugadores de experiencia que está en un
nivel alto.